Descripción general
Este trastorno alimentario es el más frecuente y paradójicamente el menos diagnosticado. Se estima que afecta a entre el 2 y el 4 por ciento de la población general, incidencia que aumenta significativamente en la población con exceso de peso y obesidad. Aproximadamente el 40 por ciento de las personas con obesidad que buscan tratamiento especializado sufre este trastorno.
El trastorno por atracones se caracteriza por la ingesta de cantidades inusualmente grandes de alimentos (atracones) en forma frecuente. La gravedad del trastorno por atracones está determinada por la frecuencia con que se producen estos episodios de atracones durante una semana. Durante el atracón, la persona experimenta la sensación de pérdida de control sobre lo que come.
Síntomas
A diferencia de una persona con bulimia, después de un atracón la persona no incurre en conductas purgativas para controlar el peso. Muchas personas que se encuentran haciendo dietas para bajar de peso padecen de este trastorno, lo que hace que sus esfuerzos por controlar el peso fallen, generando gran frustración.
Estos son algunos de los síntomas de la enfermedad:
Diagnóstico
Existe una alta relación entre el trastorno por atracones y otros cuadros psicológicos y psiquiátricos. Las personas con cuadros de depresión, trastornos de ansiedad, trastorno bipolar y trastorno por abuso de sustancias suelen tener una mayor incidencia de atracones alimentarios.
Los desencadenantes de los atracones pueden ser el estrés, la mala autoimagen del
cuerpo y las sensaciones de frustración. Además, es mucho más probable que se tenga un trastorno alimentario si los padres o hermanos tienen (o tuvieron) un trastorno de este tipo. Muchas personas con trastorno por atracones tienen un historial de dietas repetidas a lo largo de su vida. Hacer dieta o restringir las calorías durante el día puede desencadenar el impulso de comer compulsivamente, especialmente si se tienen síntomas de depresión.
Tratamiento
Afortunadamente, existen tratamientos eficaces para este trastorno. Es esencial un abordaje interdisciplinario para corregir aspectos nutricionales y psicológicos en forma conjunta. Un plan nutricional adecuado ayuda a reducir la vulnerabilidad a los atracones, mientras que el abordaje psicológico permite trabajar sobre los disparadores emocionales de los atracones. También existe una variedad de psicofármacos que ayudan a reducir los patrones de consumo compulsivo de comida y disminuir la frecuencia y severidad de los atracones. También es imprescindible descartar trastornos asociados como depresión o trastornos de ansiedad para dar un tratamiento integral a la problemática.