Luego de varios meses de intenso trabajo, y tras una operación para colocarle un botón gástrico, Sofía puede sostener su tronco, su cabeza y se alimenta por vía oral. Según cuentan sus terapeutas, tiene un gran apetito y cada vez sonríe más.
“El tratamiento es lento pero avanza; hay que tener paciencia”, dice Clara, su mamá, visiblemente emocionada. ”El trato con los médicos y los terapeutas es muy bueno. Ahora están tratando de que Sofi, del mismo modo que pide más comida, pida también jugar más. Mi consejo es que si alguien está en una situación similar venga a Fleni”, finaliza.