Demencia es un término general que describe una amplia gama de síntomas asociados con el deterioro de las funciones cognitivas y que reducen la capacidad de una persona para realizar sus actividades diarias. Las funciones cognitivas son aquellas funciones cerebrales que nos permiten conocer el mundo como la atención, la orientación, la memoria y el lenguaje, por ejemplo.
Las causas de las demencias son variadas. Entre ellas se encuentran las causas neurodegenerativas, en donde una enfermedad particular afecta y daña a las neuronas progresivamente. Una de las demencias progresivas más conocidas y frecuentes es la enfermedad de Alzheimer – que de acuerdo con la OMS representa entre el 60 y el 70 por ciento de los casos-, pero no es la única.
Se estima que existen unos 100 tipos de demencias con distintos síntomas, de los cuales uno de los más comunes es la pérdida de memoria. Por otra parte, es importante destacar que el olvido es una función normal del cerebro y que un olvido no se traduce en una enfermedad ni una demencia.
Causas y tratamiento
Las demencias se deben a daños neuronales que no les permiten a los circuitos cerebrales funcionar normalmente. Estos circuitos, responsables de una o más funciones cerebrales, fallan y con ello aparece el síntoma. En las enfermedades neurodegenerativas este daño neuronal es lento y progresivo.
Si bien el factor de riesgo más relevante de las demencias, la edad, no es modificable, los estudios más recientes indican que el 30 por ciento del riesgo es atribuido a factores considerados modificables como la obesidad, el sedentarismo y la hipertensión y, por lo tanto, podrían prevenirse. Por eso son tan importantes las iniciativas como LatAm Fingers, que buscan evitar la aparición del deterioro cognitivo mediante la introducción de hábitos saludables en la vida de las personas con factores de riesgo.
Iniciativas previas similares en otros países sugieren que este tipo de programas podrían ser más eficientes que la medicación que se emplea actualmente, ya que no existen tratamientos preventivos con resultados aplicables al público en general.
Síntomas y diagnóstico
Por lo general, los médicos diagnostican demencia cuando dos o más funciones – tales como la memoria, el lenguaje o la atención– se encuentran deterioradas y esto tiene un impacto en las actividades de la vida diaria. Los síntomas de las demencias son variados y dependen de qué etapa de la enfermedad esté cursando el paciente.
En una etapa temprana, esos síntomas pueden ser olvidos, perder la noción del tiempo o perderse en lugares conocidos. En una etapa intermedia, los pacientes comienzan a olvidar eventos recientes o nombres de personas o se pierden en su propia casa. Esto hace que, con el tiempo, ya no puedan llevar a cabo normalmente las tareas del día a día. En una etapa tardía, el paciente puede tener dificultades para reconocer a familiares y personas conocidas, ubicarse en tiempo y espacio, dificultades para caminar y cambios bruscos en el comportamiento. En este estadío necesita de asistencia permanente.
Para el diagnóstico de la demencia, los médicos se basan en la historia clínica del paciente y un examen físico, que incluye un estudio neurológico. A veces se indican estudios adicionales para evaluar si hay otros problemas que puedan estar causando o agravando la demencia.
Es importante recordar que todos sufrimos olvidos, distracciones o incluso cometemos errores. Esto forma parte del normal funcionamiento del cerebro. Pero la diferencia entre esos errores esperables de nuestra cognición y un síntoma es muy sutil. Por eso es importante no alarmarse y, ante la duda, consultar con especialistas entrenados en detectar esas diferencias.