Mantener una buena salud implica, en muchos casos, reaccionar con rapidez ante emergencias médicas para garantizar una atención inmediata. La prevención es clave para reducir riesgos, mientras que un enfoque integral de rehabilitación resulta esencial para recuperar el bienestar. Estas acciones son fundamentales ante un accidente cerebrovascular (ACV), una emergencia neurológica causada por alteraciones en la circulación cerebral. Fleni se destaca por ofrecer atención de excelencia en la prevención, tratamiento y rehabilitación del ACV.

“El ACV es una patología tiempo-dependiente”, definió Virginia Pujol Lereis, subjefa del Centro Integral de Neurología Vascular de Fleni. Eso significa que “ante un síntoma compatible se debe consultar lo antes posible en un centro de referencia que tenga la capacidad de tratar patología cerebrovascular”, explicó.

Los síntomas de alarma de un ACV requieren acción inmediata. Entre ellos se incluyen la aparición repentina de debilidad o pérdida de sensibilidad en un lado del cuerpo, dificultad para hablar o comprender el lenguaje, alteraciones en la visión, problemas para caminar o mantener el equilibrio, o dolor súbito y muy fuerte de cabeza. Reconocer estos síntomas a tiempo y buscar atención médica de urgencia es fundamental para minimizar el daño neurológico y mejorar las posibilidades de recuperación.

Después del ACV

A partir de un reconocimiento temprano y la rápida atención en un Centro preparado para la atención del ACV, se puede limitar el daño neurológico. “Disponemos de tratamientos como los fármacos fibrinolíticos y los procedimientos endovasculares que nos permiten ofrecer a los pacientes la posibilidad de afrontar el ACV con la menor cantidad de secuelas posible o incluso sin ellas”, explicó Pujol Lereis. Este enfoque temprano es fundamental para mejorar el pronóstico, y requiere no solo contar con los fármacos y la tecnología, sino también con el recurso humano adecuadamente preparado.

En Fleni se brinda atención de calidad, con protocolos actualizados y una perspectiva interdisciplinaria de la atención del ACV, de la que son parte especialistas en neurología, clínica médica, cardiología, enfermería, kinesiología, fonoaudiología y rehabilitación, entre otras áreas.

La etapa de rehabilitación es más efectiva cuando se inicia de manera temprana, ya que permite proporcionar herramientas para que la persona afectada recupere sus capacidades y desarrolle estrategias que faciliten su adaptación a los cambios físicos y funcionales que enfrenta. Aunque los efectos de la rehabilitación son más evidentes en los periodos iniciales, es fundamental concebirla como un proceso longitudinal que acompañe a la persona a lo largo de los distintos momentos de su vida después de un ACV, promoviendo su bienestar continuo y la prevención de complicaciones.

Es importante recordar que un tratamiento integral no se limita a la fase inicial, sino que también incluye el control médico continuo para prevenir nuevos ACV. Este seguimiento es esencial para garantizar la salud a largo plazo y mantener la calidad de vida.